El indulto más estridente del PP

10/11/14


Por José Yoldi.


José Yoldi
El pseudo indulto a Jaume Matas, con el que nos ha obsequiado esta semana el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, parece una confusión más entre el “haz lo posible” y el “hazlo posible”. Matas, ex presidente de Baleares en dos ocasiones, ex ministro popular y amigo de Mariano Rajoy, ha visto así compensada la negativa a su petición de indulto con la concesión de un tercer grado penitenciario, que le permite cumplir en semilibertad el resto de la pena por tráfico de influencias a la que fue condenado por la Audiencia de Palma, en una de las veinte piezas en las que está dividido el caso Palma Arena.

Jaume Matas y Mariano Rajoy, en los tiempos de vino y rosas. / Efe

Lo estridente de la medida es que Instituciones Penitenciarias, que depende directamente del Ministerio del Interior y por ende del Gobierno, se ha tirado a la piscina en favor del compañero caído en desgracia, con los informes técnicos contrarios de la prisión de Segovia en la que se encontraba cumpliendo condena, que eran partidarios de la clasificación en segundo grado, pero no del tercer grado penitenciario —que supone cumplir la pena en libertad, aunque con la obligación de tener que ir a dormir a prisión de lunes a jueves— puesto que Matas no está arrepentido. La Audiencia de Palma le condenó inicialmente a seis años de prisión, por tráfico de influencias, malversación de caudales públicos y prevaricación, aunque el Tribunal Supremo le absolvió de estos dos últimos delitos y la pena quedó fijada en nueve meses de prisión y una multa.

El ex ministro solicitó la suspensión de la ejecución de la pena o la conmutación de la misma para evitar ingresar en la cárcel. Sin embargo, la Audiencia de Palma consideró gravísima la conducta de quien debería ser garante de las leyes y precisó que “el daño social causado y el quebranto de la integridad y dignidad de las instituciones públicas no se satisface con una multa de 10.840 euros”, que era la sanción que acompañaba a la pena privativa de libertad. El tribunal confirmaba que no estaba obligado a conceder automáticamente la suspensión de la ejecución de la pena de cárcel y aludía a la “peligrosidad criminal” de Matas, “entendida como la derivada de la gravedad, naturaleza y entidad de los hechos por los que fue condenado” y a que existían otros procesos abiertos contra él.

Matas (derecha) y Antonio Alemany, durante su juicio. / Efe
Matas fue considerado culpable de haber influido en que el periodista de El Mundo, Antonio Alemany, que le redactaba los discursos y al tiempo le elogiaba desde su diario, cobrara importantes sumas de dinero de la administración balear. Alemany afronta una condena de dos años y tres meses de cárcel.

Ambos solicitaron el indulto al Ejecutivo amigo en un momento en que los papeles de Bárcenas, sobre el pago de sobresueldos en dinero negro a dirigentes del Partido Popular, y el desarrollo de la instrucción del caso Gürtel, la trama de corrupción que afecta a la citada formación política en varias comunidades autónomas, no permitían demasiadas alegrías. Lea Un indulto en diferido

El indulto a Alemany estaba claramente descartado, pero dejar en la estacada al colega… Parece obvio que Matas, que tiene otros procesos en el horizonte, se ha tenido que conformar con esta solución de emergencia del tercer grado. La medida es una prerrogativa exclusiva del Gobierno, pero el tema es tan escandaloso que hasta la Fiscalía ha presentado un recurso contra esa decisión y ahora tendrá que ser el juez de vigilancia penitenciaria el que resuelva definitivamente la cuestión.

Matas es el segundo ministro que pasa por prisión —el anterior fue José Barrionuevo por su participación en el secuestro de Segundo Marey— desde la muerte de Francisco Franco. También es, por ahora, el segundo presidente de comunidad autónoma, tras Gabriel Urralburu, presidente socialista de Navarra.

Me pregunto si el Gobierno, tras este asunto de Matas no estará pensando en quién será el siguiente, o si le tocará de nuevo al propio Matas. Algo así como haber llegado al final del infinito y en el regreso, volver a empezar.


Publicado o 10/11/2014 en www.cuartopoder.es

Ligazón permanente

0 comentarios :

Publicar un comentario